25 Años
Cuando trabajaba de atención al público en una librería le imprimí una boleta del gas a un cliente y olvidé borrar el archivo, luego otra clienta mandó a imprimir una boleta del gas y por error le imprimí la del cliente anterior, la señora pagó tres mil pesos de una boleta que no era suya y reclamaba su dinero para poder pagar la boleta correcta. Corroboré en el momento que el error fue mío, me hice cargo reintegrandole el dinero de mí bolsillo, además le imprimí la boleta correcta y me disculpé. Aprendí a ser más responsable, a prestar más atención a los detalles, también a relacionarme mejor con las personas ya que la mujer llegó al local muy enojada y logré que se fuera conforme y luego siguió confiando en la empresa.
Sin título